17 DE MARZO
No se tiene todo el conocimiento y la
sabiduría sin que emerjan gradualmente
desde dentro. La vida es un continuo
despliegue. Cuando niñ@, tuviste que
aprender ciertas lecciones fundamentales. Si
acercabas la mano para tocar el fuego, te
decían que estaba muy caliente y que te ibas
a quemar. Pero si no obedecías y siguiendo
tu impulso tocabas el fuego, te quemabas y
lo encontrabas muy doloroso. Sin embargo,
eso te enseñaba a no tocarlo más. En esta
vida espiritual tienes que aprender algunas
lecciones fundamentales, y si no las sigues,
has de asumir las consecuencias. Algunas
personas aprenden de una forma muy rápida
y quedan preparadas para continuar con
lecciones mayores, hasta que finalmente
están tan adiestradas que ya no han de
aprender más lecciones; fluyen con la vida
en perfecta armonía y unidad con todo. Ése
es el último estado de conciencia que todos
han de alcanzar.
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