Hoy él me ha dicho que soy yo quien siempre crea caos.
Quiero crear equilibrio.
Hoy ha vuelto a derrumbarse TODO.
Otra vez quiero salir de aquí.
Otra vez me siento atrapada.
Rodeada de personas afligidas, estresadas, deprimidas.
Personas que van deprisa, que no pueden parar.
Tienen que ir a trabajar, a estudiar, a ver un programa de tv…
y nos encontramos, de repente, culpándonos recíprocamente, insultándonos.
Y caí de lleno.
Me siento pisoteada, pérdida, “ninguneada”
¿Está en mí?. ¡No sé! No creo.
Hoy, creo que esto no está en mi.
Por eso paro.
Freno en seco, al mínimo respiro alterado.
No entro en el nerviosismo.
No entro en la pérdida de control.
No entro en guerra.
Así que finalmente, tomo tiempo.
Tomo MI Tiempo.
Vivo cada momento en observación.
En atención plena. Sin juzgar.
Aclarando situaciones confusas.
Con bondad y amabilidad.
Respirando profundamente a la mínima sacudida.
Callo hasta recuperar la paz.
La paz es lo único que quiero para mi y para todos.
Escribo y describo esos momentos.
Comprendo que hay personas a las que no les interesa.
Lo acepto sin juicio y sin dolor.
Y si es necesario, encontraré serenamente, otra alternativa de vida.
(Maruja Bíblica)
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