No sé nada.
No sabes nada.
Somos amor y vivimos siempre poniendo obstáculos.
El creador es santo, bondadoso, servicial y perfecto.
Nosotros somos santos, bondadosos, serviciales y perfectos, esa es nuestra verdadera naturaleza; pero no la ejercemos.
Vivimos corriendo, sin saber por qué no podemos conseguir la serenidad continua, el amor continuo (no el de pareja, aunque también), la asistencia continua, la bondad continua, la santidad continua, la perfección continua.
No sé si Dios existe.
Sé que cuando medito y consigo el silencio interior, consigo entrar en mi verdadera naturaleza, la intuición se hace presente y, a veces, cuando las ataduras del mundo me dejan, llego a saber con amor, santidad, bondad, asistencia y perfección qué es lo que quiero. Y me siento fuerte. Dios es energía.
Maruja Bíblica
21 DE ENERO
Comienza el día dando gracias. Date cuenta
de que estás enormemente bendecida y de
que Mis bendiciones se están derramando
sobre ti en todo momento. No importa lo
poco agradecida que fueras ayer; lo que
importa es tu actitud ahora. Deja atrás el
pasado. No pierdas el tiempo concentrándote
en tus faltas pasadas; simplemente
aprende de ellas y a continuación sigue
adelante y disfruta la vida, dando constantes
gracias por todo. Cuando eres agradecida y
aprecias todas las cosas buenas de la vida, el
amor fluye libremente en ti y a través de ti.
Pero si dejas de dar gracias y de apreciar Mis
dones buenos y perfectos, acabas secándote
y debilitándote. Entonces comienzas a
preocuparte por ti y dejas de preocuparte
por tus semejantes. La forma más rápida de
cambiar esa actitud es empezar a pensar en
los demás y empezar a vivir y a darse para
todos. Comprobarás que el yo y la
preocupación por uno mismo se van
diluyendo hasta ser apenas nada. ¿Por qué
no hacerlo ahora?
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